martes, 18 de septiembre de 2007

Cuando lo que queda es soportar


De las doce horas que tengo durante el día, casi cuatro horas las gasto en el transporte público de Lima. Combi ya no tomo, pues ya no circulan en las principales avenidas de la capital pero si en algunas rutas que llevan a Gamarra o la Parada. Como decia, casi la mitad de mi día a día, la paso sentada mirando y maravillandome con sabe que cosas pasarán, pero acostumbrada a las barbaridades que suelen cometer choferes y cobradores. Cosas que realmente dan cólera pero que, poco puede uno hacer.
En fin...