domingo, 9 de noviembre de 2008

5 meses y medio


Llevo ya cinco meses y medio de gestación. Aún nose si es hombre o mujer, todo el mundo me dice que será mujer. Y además teniendo la certeza que sea así ya le tengo un nombre "Laura Lucía", el cual me gusta mucho porque además rima. Siento que me pesa más la barriguita y cada vez como más despacio porque mi digestión está un poco lenta, sumado a que sufro de indigestión. Me siento ya una mamá, mis senos han crecido y están muy grandes. Estoy sorprendida por todos estos cambios, tengo ganas de orinar más seguido. Todos los días me veo al espejo y veo mi barriga grande y aún crecerá más. Nosé como describir todo esto. Es increíble todo lo que siento. Todos estos cambios me generan una mezcla de sensaciones y sentimientos .

No dejo de admitir que hay problemas como en toda familia. Pero en mi caso los problemas y las dificultades que vivo son aliviados por la sola idea de que mi bebe nacerá y estará conmigo.

Siento que mi hija será hermosa, tendrá fuertes valores y a pesar de los problemas y dificultades de la vida saldremos adelante.

Su papá es una persona sensible y cariñosa, no lo pongo en duda. Él es una persona muy buena y noble.

Me sorprende todo lo que vivo. Yo creo que las cosas vienen mejor así, no concibo la idea sobre qué hubiera pasado si cada paso hubiese sido planificado. Justo en estos momentos siento que se me mueve, se mueve mucho si y eso me alegra mucho. Mi mamá me dice que me preocupara si es que no se moviera.

En estos momentos quiero y extraño mucho a mi mamá, ella para mí es lo máximo, como madre y mujer. Ella ha pasado por todo lo que estoy pasando, ella ha tenido nueve hijos y yo recién voy por el primero. Si quisiera tener hasta dos hijos. Todo esto es bonito y sobre todo indescriptible y único.

Esta es una foto de cómo está mi bebe en mi vientre:



miércoles, 17 de septiembre de 2008

Ser mamá - Ser tú Angel



Buenas tardes
Damas y caballeros, jóvenes y niños presentes

En esta oportunidad, tomo la palabra para dirigirme a ustedes y conversar de un tema que guarda relación con lo que actualmente estoy viviendo y afrontando todos los días.

Estoy casi cerca de poder entender la preocupación, el amor desinteresado que mantienen las madres hacia sus hijos. Siempre tuve problemas para poder entender a mi madre, que con sus palabras y advertencias creía que lo hacía para fastidiarme, sin pensar que su verdadera razón estaba basada en el amor que me profesa.

No soy hija única, detrás y delante de mí tengo hermanos y hermanas que admiro y amo. Mi madre nos ha tratado siempre con amor y de igual manera, y ahora cada uno de nosotros somos diferentes y a la vez iguales. Sin embargo a estas alturas comprendo las palabras y tratos de mi madre hacia mí. Nunca pensé sentir el amor que uno tiene a su hijos, el cual es totalmente diferente y único que solo lo tienen las mamás o las que está a punto de serlo.

Lamento mucho los malos momentos que le hice pasar a mi madre sin saber que ella lo hacía por pura preocupación, no solo porque me quería sino porque no quería que me pasaran cosas que a ella le pasó.

Bueno, lo que quiero decirles es sobre la importancia de ser mamá. De lo que estoy experimentando actualmente.

Desde hace 4 meses me he enterado que voy hacer madre y créanme que me da mucho miedo pero a la vez siento muchas emociones. No se imaginan lo que pienso al acostarme, la certeza de saber que mi bebé me escucha, me siente, hasta el más mínimo susurro, él escucha. No puedo esconder mis sentimientos, así como él asimila mis alimentos, se alimenta de mis emociones, de mis momentos tristes y alegres.

Actualmente me siento bien, a parte de las preocupaciones económicas, laborales, profesionales presentes, pero con tanta emoción de que llegue el día que dé a luz. A veces imagino su rostro, cómo será su comportamiento y sin embargo tengo miedo de hacer las cosas mal.

Ya soy mamá y me siento más que feliz, dichosa y virtuosa. Dicen que hay tantas mujeres que tratan de salir embarazadas y no pueden. Y yo que sin planificarlo lo tengo, lo acepto con todo lo que venga.

Me conmovió un poema que me llegó hace unas horas, enviado por mi hermana I., sobre lo que significa la llegada del bebé. Este dice que nosotras las mamás, somos las elegidas por Dios para ser los ángeles de nuestros propios hijos. Quienes a nuestros bebes les enseñaremos a caminar, a comunicarse, a afrontar la vida y sobre todo a guiarlos hacia Dios.

Yo como el “Angel” elegido para mi bebé, lo espero y quiero cuidarlo siempre….

jueves, 28 de febrero de 2008

Viajé a Ayacucho



En diciembre del año pasado, tuve la oportunidad a través de mi trabajo, de visitar el histórico y milenario departamento de Ayacucho. Quedé prendida de su gente, sobre todo de los niñitos, sus paisajes naturales, sus lugares históricos y sobre todo de su comida, me encantaron sus ricos panes, la chapla. Por motivos de trabajo sólo pude visitar Huamanga, su capital y quedé impresionada de su artesanía emblemática: los retablos ayacuchanos. Juro que volveré para recorrer La Quinua entre otros sitios que los dejé como pendientes.


Conocí a profesionales que se dedican a las relaciones comunitarias de una empresa que construirá un gasoducto cerca a comunidades campesinas del lugar, originarios del mismo Ayacucho y de Lima. Aquellos amigos tan sencillos y amables trabajan con comunidades muy sensibles que requieren ser escuchadas, comprendidas y ser tratadas con respeto para poder ganarse su confianza. Me contaba una de las relacionistas, que los pobladores de las comunidades campesinas valoran mucho lo que se les dá con gratitud. Ese valor que tienen a las cosas muchas veces no lo veo en mis pares aquí en Lima. Me seguía contando que una mujer de esas comunidades estaba guardando como algo valioso un calendario que ella le había regalado, actitud que muestra una sensibilidad ante las cosas que reciben. Ello me despertó admiración y me hizo repensar sobre lo que pienso del valor de las cosas. Mientras nosotros en Lima, vivimos un micromundo donde tenemos acceso a casi todo y que a pesar de eso no valoramos lo poco o mucho que tenemos, en esas comunidades se valora lo más mínimo que se pueda tener. Mi amiga, la relacionista, me comentaba además la importancia de no mentir o engañar y que cada comunicación se realice en el mismo idioma de las comunidades.

Me encantó la experiencia de poder conocer a personas con una sensibilidad humana en el trato hacia los demás, tanto de parte de las comunidades como de los relacionistas comunitarios, las que se manifiestan a través del respeto, la confianza, la sinceridad y sobre todo, la bondad, virtudes que nosotros los limeñitos estamos a punto de perder.